
La cortesía surge de una entrega auténtica y de ceder voluntariamente al otro parte de nuestro poder, de nuestro placer y quizá de nuestra comodidad. De poco nos servirá ser las personas más cultas y correctas si estas cualidades no nos proporcionan la sensación de bienestar y paz que obtenemos al dar un poco de nosotros mismos.
La cortesía como herramienta importante en las relaciones humanas ayuda en la eficacia de la comunicación y por ende la relación de los individuos mejorando así su calidad de vida.
Las actitudes corteses son testimonios de la consideración, respeto y aprecio por lo otros, esto no significa estar en una situación de inferioridad. A cualquier edad el trato cortés facilita la convivencia y las buenas relaciones entre todas las personas.
Dado que nos ayuda a moldearnos a una personalidad amable, la cortesía es parte esencial de la educación de todos, sin importar edades, razas, clases sociales, estudios, entre otras.
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